MEDICINA TRANSFUSIONAL Y BIOETICA



La decisión que tiene que tomar el médico en el momento de efectuar la indicación para una transfusión, debe considerar las siguientes preguntas: ¿Resulta realmente necesaria, en este caso concreto, la transfusión indicada? ¿Se tuvo en cuenta solamente una norma? O ¿está analizándose al paciente de manera individual? ¿No existen otras variantes que hagan innecesario el procedimiento, o al menos permitan transfundir una cantidad menor? ¿No resultará la transfusión más perjudicial, que beneficiosa para el paciente?
La reflexión bioética proporciona un contexto filosófico y moral para resolver los retos de la medicina transfusional actual y su proyección, en los que la extracción de sangre humana, mediante donaciones voluntarias altruistas, o el uso de los hemocomponentes de orden biológico, utilizados mediante transfusiones, se inscriben como principios públicos en un contexto legal y ético en el que están involucrados los bancos de sangre, los servicios de transfusión, el personal que trabaja en estas instituciones, los donantes, el médico, los pacientes y la sociedad en general.
Una de las prioridades es resolver la suficiencia de sangre y su disponibilidad para tratar a los pacientes oportunamente y con el mayor grado de seguridad y calidad posibles. Para garantizarlo, la clave es la promoción de la donación voluntaria, repetida y no remunerada de sangre, en la cual la población juega un rol importante en el marco de la responsabilidad civil y la solidaridad, teniendo en cuenta que la sangre donada debe valorarse como un recurso público.
El consentimiento de informado en la donación de sangre es un procedimiento que comporta cierto grado de riesgo para el donante, por lo que deberá ser informado de responder a las preguntas con veracidad, pues el ocultamiento de algún dato puede ser perjudicial para él mismo o para la persona que recibe la transfusión.
Los donadores deben asegurarse que el servicio de transfusión la sangre y sus productos se mantenga la confidencialidad en los resultados de las pruebas de laboratorio. La confidencialidad irrestricta es un tema muy polémico, pero tampoco resulta éticamente correcto negarle discreción al donante si ha sido obtenida alguna información delicada y no dañina para terceros, como resultado del chequeo.
Esta reflexión estaría incompleta sin mencionar una definición de la relación entre el agente de salud y el paciente: “Una relación de naturaleza especial entre una confianza y una conciencia”. Por lo tanto, sólo cuando la conciencia para los pacientes y familiares se aplique, podremos decir que hemos actuado éticamente.
Concluyo que algunas preocupaciones y reflexiones sobre el tema transfusional, deben considerarse los tres grandes principios éticos que deben guiar a los profesionales de la donación de sangre: la beneficencia al destinatario, no maleficencia sobre el donante, y el donante su derecho a la autonomía. Aunque el proceso de donación es asociado con efectos adversos graves raros, algunos de los principios que acabamos de mencionar podrían no tenerse en cuenta desde las organizaciones médicas, físicas, psicosociales, y problemas emocionales que surgen cuando un donante participa.
TAREA ; hacer un analisis de los  riesgos beneficos en una transfusion sanguinea.

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